Placer embotellado
Pensamos en la botella, material, forma, color… ¿Cuándo descorchamos una? No demasiado… y sin embargo es la que encierra y guarda nuestro vino, diario o especial. ¿Cuándo y cómo y por qué se embotello el placer… o sea el vino? ¿Y por qué el vidrio?
En realidad, en un principio fue la vasija o ánfora de arcilla recubiertos con cera de abeja, lo que se utilizó para elaborar fermentando y luego añejando, la bebida de uva (por lo menos desde los 3100 a.C.) Luego los egipcios mejoraron el diseño, poniendo asas a las vasijas. Estos objetos siguieron modificándose y ya de cerámica, los griegos y romanos los fabricaron con un cuello mucho más estrecho y con un tipo de tapón de corcho, material que era bastante fácil de trabajar. El problema que se les presentaba era transportar el vino a lugares más lejanos. Por eso los egipcios idearon unas grandes ánforas con manijas a los costados que solucionaron el problema: fueron los Dolium.
Otras regiones y otros grupos, como los Galos, en el centro mismo de Europa usaban madera, sorprendiendo a los romanos, quienes decidieron adoptar este envase, ya que evidentemente era más resistente.
Y después llegó el vidrio que, aunque es un material muy antiguo, no se usaba como envase para vinos en Europa. Pero si era utilizado en Asia Menor, Mesopotamia y el Antiguo Egipto, ya que se han encontrado restos de las primeras piezas de unos 5000 años a.C.
Y hablando de envases y del vidrio, si nos remitimos a Plinio El Viejo, nos habla de una casualidad. Cuenta que ciertos mercaderes, de una caravana que iba rumbo a Egipto y que llevaba rocas de Natron, (material de sosa), durante un descanso, como en el desierto no había rocas, las apoyaron sobre fuego que usaban para calentarse. Al día siguiente el natron más la arena del suelo y el calor se habían convertido en un material brillante y transparente: ¡el Vidrio!
Corría el 1600, el calor que fundía las arenas y los demás componentes para elaborar vidrio se alimentaba a base de madera y carbón vegetal. Pero hete aquí que una guerra y la necesidad de hacer cañones usando fundición a base de estos materiales, dejaron sin el suficiente elemento a los fabricantes de vidrio. Alguien tuvo la ocurrencia de reemplazarlos por carbón mineral, que en realidad tenía un mas alto poder energético. Este cambio favorable se relaciona con la calidad del vidrio y específicamente la aparición del cristal, más leve, delicado y menos quebradizo. Entonces al tener un buen material, la posta la toman en Venecia, con los sopladores que se hicieron celebres por sus vasos y botellas de hermosos formatos y colores.
Al parecer la botella como la conocemos para el vino, comienza a generalizarse y llega a popularizarse recién a mediados del siglo XVII.
¿Y por qué el material elegido fue el vidrio? Porque es un material que resguarda, que protege al vino y además sin pasarle sabores o aromas del exterior o del propio material del envase, que lo degradarían.
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