El temido TCA

Una novedad dada a conocer por la web Área del vino, se refiere al Corcho sin TCA, eliminando así el olor a corcho en el vino. El corcho de alcornoque (el mejor y más caro) nos aporta muchos beneficios cuando se emplea como material para los tapones de las botellas en el vino. Hoy en día es utilizado sobre todo para los productos de alta gama. Sin embargo, uno de los inconvenientes es la presencia de TCA, responsable del sabor a moho o humedad que puede echarnos a perder el vino que tenemos entre manos.
 
El TCA o molécula tricloroanisol es un compuesto que podemos encontrar en el corcho natural, que hace que nuestro vino tenga ese característico y desagradable olor a corcho. Se calcula que alrededor de un 4% de las botellas de vino del mundo están afectadas por este problema y, a pesar que no tiene ningún efecto nocivo en la salud, echa a perder nuestra botella, por su altamente desagradable olor.
 
El TCA puede provenir del uso de cloro en bodega, también de las maderas (barrica, cuñas, vigas, etc.) que en ambientes de cierta humedad desarrollan hongos, que se distribuyen con facilidad por toda la bodega. O puede provenir directamente del corcho, bien porque llega ya contaminado o porque se contamina en la bodega.
 
Las bodegas realizan controles y análisis para minimizar el problema, aunque como ya hemos visto hay un porcentaje que no se puede garantizar, al menos hasta ahora. ¿Puede haber corcho sin TCA?. Ante este problema tan generalizado, la empresa Masilva & Garzón ha presentado recientemente el sistema de detección OneByOne. Bajo este nuevo sistema se garantiza que todos los tapones de corcho analizados tengan menos de 0,5 ng/l de TCA cedible, a la vez que separa aquellos corchos que superan esa cantidad para evitar contaminación. Este nuevo sistema se ha logrado tras 3 años de estudio y con una inversión de 2.5 millones de euros. Se estima que puede suponer un gran avance para las bodegas, ya que minimiza un grave problema actual de imagen, al evitar el temido “olor a corcho”.